lunes, 31 de marzo de 2008


Trasladan a un menor del centro de Loiu al atacar con un cristal a un educador
El trabajador, que sufrió cortes en tres tendones de una mano y en una pierna, tuvo que ser operado

ESTIBALIZ SANTAMARÍA/LOIU









Un menor residente en el centro de acogida Zabaloetxe de Loiu ha tenido que ser trasladado al de Zumarraga después de provocarle graves heridas a uno de sus educadores durante una discusión. Los hechos ocurrieron hace dos semanas, cuando el joven atacó con un cristal al trabajador del centro, causándole cortes en una pierna y, sobre todo, en una mano. La víctima tuvo que ser operada ese mismo día al comprobar que tenía tres tendones dañados. Aunque el primer diagnóstico fue más pesimista, parece que recuperará totalmente la movilidad de la mano.

Al día siguiente de la trifulca, el joven fue trasladado el centro de menores de Zumarraga, donde se encuentra a la espera de acudir a la Fiscalía de Menores. Llevaba poco tiempo en Loiu, a donde llegó derivado del centro de Amorebieta por motivos de espacio. Los responsables de la residencia aseguran que nunca había protagonizado ninguna situación similar, pero un compañero del educador herido no comparte esta versión. «Ya había tenido otros amagos de conflicto. Una vez destrozó mobiliario del centro, rompiendo varias ventanas», describe el trabajador. «Además, este chaval tenía dos causas pendientes en San Sebastián y Santander por agresión a educadores o a compañeros y tiene una orden de repatriación de Barcelona, por la que los Mossos d'Escuadra le tenían en busca y captura para llevarle a Marruecos».

Por ello, este educador lamenta «la falta de coordinación y de información» entre los centros y asegura que los trabajadores se encuentran «indefensos y sin respaldo» en su puesto, ya que «este tipo de trifulcas son muy habituales. Son chavales complicados que admiten muy mal cualquier negativa».

Diez ingresos al mes

El director del centro Zabaloetxe no comparte esta versión. Según Carlos Sagardoy, «nos encontramos en un momento mucho más tranquilo que otras épocas, sobre todo desde la apertura de los centros de Berriz y Amorebieta». Una sensación compartida por varios comerciantes y hosteleros del pueblo. Loiu ha dejado de ser un centro de primera acogida, para convertirse en residencial y, tal y como explica el director, «nos llegan chavales más estables y controlados. Además, ahora recibimos una media de 10 ingresos al mes, frente a los 30 que teníamos antes».

En cuanto al supuesto pasado violento del menor, Sagardoy afirma que en su expediente no aparecía ningún conflicto anterior y niega que exista falta de coordinación e información entre los centros de acogida. «Yo participo en la Red Estatal de Solidaridad para Menores y allí muchos centros compartimos proyectos y contrastamos informaciones concretas sobre el motivo de los traslados», subraya. En el caso de este menor, llegó a Vizcaya desde Barcelona, un camino bastante habitual ya que «algunas comunidades como Cataluña, debido a la saturación en los centros, han optado por repatriarlos. Los chavales los abandonan y buscan otra oportunidad en las demás autonomías», detalla.

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