jueves, 27 de marzo de 2008



Los educadores alertan de la saturación del Zambrana y las continuas agresiones
La Junta justifica que las medidas de seguridad son «suficientes» y afirma que el centro cuenta en la actualidad con 59 internos sobre una capacidad máxima de 70

«Trabajar allí supone un riesgo constante para los educadores al estar expuestos a agresiones de todo tipo en unos pasillos que carecen de cámaras de seguridad dentro de unos espacios enormes de los que está encargado un solo vigilante», asegura un empleado del centro de menores Zambrana.Los trabajadores de las instalaciones del paseo de Juan Carlos I, en Delicias, criticaron ayer, a raíz de la brutal agresión que sufrió uno de ellos el lunes de la semana pasada, «la total impunidad con la que actúan unos menores para los que el castigo máximo por golpear a un educador es de siete días de aislamiento». Ese precisamente fue el castigo que ayer culminó J. S. A., el dominicano de 18 años que golpeó con una muleta en la cabeza a un educador en quince ocasiones y que ha vuelto a incorporarse a su unidad ordinaria a pesar de que un informe psicológico advierte sobre sus trastornos mentales.

Habitaciones duplicadas

Los educadores alertan también de la saturación de un centro de reforma que alberga, según su testimonio, «a cerca de setenta internos cuando su capacidad operativa real no pasa de cincuenta», lo que obliga a «meter literas y duplicar habitaciones con los consiguientes problemas para atender a los internos en condiciones».
Eso al margen de la «falta de seguridad» que los educadores consideran que padece el Zambrana como un mal endémico y que propicia situaciones como la del día de la agresión, cuando la víctima se encontraba sola en un ala del edificio con los menores.No opina lo mismo el gerente regional de Servicios Sociales de la Junta, Antonio Sáez, quien considera que la actual plantilla de 40 vigilantes y 76 educadores «es suficiente para asistir a los -según su testimonio- 59 menores que están internados ahora mismo en el Zambrana». Un centro que, según su responsable político, cuenta con una capacidad máxima para acoger a setenta chicos.

Con respecto a las críticas vertidas por los educadores sobre la falta de medidas correctivas contra los agresores, Sáez justifica que «esas decisiones dependen directamente de los jueces y fiscales de menores y nosotros nos limitamos a acatar las medidas que dictaminen», además de añadir que «incluso las decisiones como el aislamiento no las podemos adoptar unilateralmente».El gerente regional resume que «el razonable buen funcionamiento de un centro en el que no hay que olvidar que están internados menores conflictivos lo refleja la ausencia de incidentes graves en los últimos dos años».

Vidas en peligro

No opinan lo mismo los trabajadores del Zambrana consultados. Estos coinciden en lamentar la «pasividad de la Junta ante las agresiones constantes que llevamos sufriendo a diario desde hace años y que estamos aguantando hasta que ves cosas como la del lunes y te das cuenta de que tu vida realmente corre peligro».Los educadores señalan la, a su juicio, «ineficacia del plan de riesgos» elaborado hace poco más de un año por la Junta -con más de dos años de retraso- y que «no contempla la forma concreta de actuar ante agresiones graves».Antonio Sáez, por su parte, insiste en destacar la «correcta gestión» de unas instalaciones en las que «las medidas de seguridad y educativas son suficientes», si bien reconoce la imposibilidad de que «no se produzcan incidentes de ningún tipo en un centro» que acoge a menores problemáticos

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