martes, 25 de marzo de 2008

¿Aumentan contenidos educativos en TV infantil?

Estudio del Consejo Nacional de Televisión muestra que aumentaron a un 82% las temáticas que entregan enseñanzas

Conductas disruptivas

En la medición del Barómetro de la Calidad de la Programación Infantil se incorporó por primera vez la presencia de conductas disruptivas, es decir, egoísmo, deshonestidad, manipulación e insolencias, entre otras. Estas representaciones aparecen en el 77% de los capítulos. "Hay una tendencia de la industria que tiene que ver con la aparición de los tweens y con una mirada más irreverente de los personajes de la programación infantil hacia el poder, la autoridad, los profesores y los padres. Se ve una cierta rebeldía que se está reflejando y que antes no existía", acota Patricia Politzer. Pero, si bien la presencia es alta, sólo en un 6% es relevante en la acción del programa, mientras que el 42,2% y el 51,8% es irrelevante y medianamente relevante, respectivamente.

Para Dolores Souza, sicóloga y directora de estudios del CNTV, "es novedoso cómo se presenta la relación con los adultos de modo más horizontal, aunque es difícil separar cuándo es irrespetuoso o gracioso y horizontal".

Violencia irrelevante

Uno de los indicadores que dejó conforme al Consejo es que la violencia en los programas para niños en más bien irrelevante. "La que se muestra es a veces lúdica, marginal, se presenta de manera incidental dentro del capítulo, pero no como elemento central", indica Patricia Politzer.

Esto se ve en especial en los programas de producción nacional, que son los que menos exhiben estos contenidos, en comparación con los extranjeros.

Estudio muestra que hay pocos programas para preescolares

Uno de los grupos abandonados por la programación infantil son los preescolares. "La industria debería hacer un esfuerzo porque hay pocos programas para menores de cuatro años", indica la presidenta del Consejo Nacional de Televisión, Patricia Politzer.

Aunque admite que es preocupante que niños de menos de dos años estén viendo TV, indica que al menos deberían estar expuestos a programas adecuados a su edad.

Entre las razones de este vacío está el costo de estas series: "La producción para preescolares es de alto nivel, por lo que es más cara. Son programas más complicados en sus guiones y producción", detalla. Advierte que, pese a que son pocos (6,6% de la programación de TV abierta), son de alta calidad, sin violencia y con un contenido mínimo de lenguaje inapropiado y conductas disruptivas, las que -además- son irrelevantes.

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