lunes, 7 de abril de 2008

El gran padre vigila la red

Una experta en internet presenta una guía sobre los riesgos del ordenador y el móvil en menores y las herramientas de control de que disponen sus progenitores.

PELIGRO EN LA RED. Una niña observa un ordenador acompañado de su madre

«Quizá su hijo nunca buscará intencionadamente ver los senos delicados de una modelo. Pero puede que busque para un trabajo escolar la leyenda de las flores del mar y que se encuentre con una visión nada edificante de la anatomía de Mar Flores. Los niños necesitan ser protegidos del pederasta, del ladrón internacional pero a veces también de sí mismos». La anécdota contada por Juan V. Oltra, ingeniero informático, profesor de universidad y «padre preocupado», prologa el libro 'Técnicas de hacker para padres. Cómo controlar lo que hace tu hijo en el ordenador (Creaciones Copyright, 2008), de Mar Monsoriu Flor, un interesante, oportuno y práctico manual que pone a los padres en alerta sobre los riesgos del uso de internet y los móviles por parte de los menores y les aporta herramientas para protegerles. El peligro de los pederastas acecha en todas partes, pero puede que internet sea la ventana más abierta a todo tipo de riesgos, y no sólo para que dañen a los menores que desconocen aún cierta parte de la sociedad, sino para que ellos mismos no se conviertan en pequeños “delincuentes”.

La preocupación de las madres está más que fundada, en opinión de Monsoriu, experta en internet: «Llevo más de diez años recibiendo llamadas de gente cuyos hijos se han metido en algún lío. Padres que me llaman desesperados sin saber bien qué hacer cuando ven en una web una foto de su hija de 14 años en una pose súper provocativa. Cuando descubren que su niño de 8 años, en el perfil de Messenger, ha puesto información personal y sobre el hogar que puede poner en peligro tanto a él como al resto de su familia. Cuando los hijos reciben amenazas, cuando las menores tienen un cibernovio adulto, cuando los adolescentes se enganchan al ordenador y no hay forma de que se vayan a dormir a una hora razonable, o cuando los niños hacen pagar facturas descomunales de teléfono móvil a sus enfadadísimos padres».

Son sólo unos ejemplos. Hay muchos peligros, es cierto, pero también existen ayudas. En su guía, Monsoriu enseña técnicas de control y vigilancia -«de 'hacker' bueno», lo llama- para: programar el ordenador para que los hijos puedan usarlo sólo en el horario que los padres estimen oportuno, para limitar el tiempo de acceso a internet, decidir qué programas se instalan e impedir que los niños puedan instalar otros sin consentimiento, supervisar las webs que visitan, controlar las relaciones nuevas que los niños y jóvenes establecen en la red, vigilar todo lo que escriben en el Messenger y otros chats, e-mails, foros y blogs, o ver desde cualquier otro ordenador lo que hacen Auténtico espionaje de 'gran padre'.

Los datos anteriores son muy importantes y llamativos, además de para evitar algún tipo de peligro contra sus hijos, también para evitar conductas disruptivas indeseadas de la noche a la mañana. No sólo corren peligro ellos, sino todas aquellas personas queridas que conviven diariamente con el menor.

¿Quién puede poner la mano en el fuego por un hijo que puede aprender de “todo” en esta sociedad donde toda la información acecha las vidas de estos menores?

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